Esta unidad USB rellena de cerveza tiene, como virtud fundamental, la posibilidad de ser el primer dispositivo que acerque la tecnología al habitual hombre barra que empieza su jornada laboral acodado en el bar del curro y la acaba acodado en el bar de casa. Además, permitirá un acceso de nostalgia a los ex hombres barra, que pueden volver a sus queridas divagaciones sin sentido dando vueltas al líquido amarillo contenido en tan pequeño receptáculo. Las divagaciones, después del salto.
La capacidad de almacenamiento del USB o su posibilidad de almacenar objetos 3D quedan en segundo plano ante las meditaciones que genera (¿por qué dirán objetos 3D? si son objetos, digo yo que serán 3D, aunque, claro, decir 3D hace que cualquier cosa parezca más glamourosa, por ejemplo, tengo pelos en los hombros queda muy mal, pero tengo pelos 3D te hace pensar, un poco como poner una i por delante, di que tienes ipelos y las chicas ya no querrán que te depiles… Uff, me he dejado llevar y sólo he visto un momento la foto del USB cervecero…).Se de uno que querria tener varios de estos.
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